viernes, 2 de enero de 2009

Poesía de Gianni Rodari

Un día, en el expreso Soria- Monterde,

Vi subir a un hombre con una oreja verde

Ya joven no era, sino maduro parecía

Salvo la oreja, que verde seguía

Me cambié de sitio para estar a su lado

Y observar el fenómeno bien mirado

Le dije: Señor, usted tiene ya cierta edad;

Dígame, esa oreja verde, ¿le es de alguna utilidad?

Me contestó amablemente: yo ya soy persona vieja,

Pues de joven sólo tengo esta oreja

Es una oreja de niño que me sirve para oír

Cosas que los adultos nunca se paran a sentir:

Oigo lo que los árboles dicen, los pájaros que cantan,

Las piedras, los ríos y las nubes que pasan;

Oigo también a los niños cuando cuentan cosas

Que a una oreja madura parecerían misteriosas...

Así hablo el señor de la oreja verde

Aquel día, en el expreso Soria-Monterde.

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